Las emociones son reacciones
subjetivas, resultado del significado que adquiere la percepción de una parte
de la realidad para el que las siente. El cerebro percibe una situación y experimenta
una serie de cambios cognitivos, actitudinales y conductuales, dando lugar a
una respuesta compleja a nivel afectivo.
Todas las emociones tienen
una función adaptativa, incluidas las negativas. Gestionar de forma inadecuada
las emociones negativas causa desajustes en nuestro sistema emocional que van
desde el pequeño malestar hasta el sufrimiento, además de condicionar
negativamente nuestros comportamientos.
Existen 6 emociones básicas que tienen una funcionalidad concreta:
* Miedo: cuando percibimos algo como peligroso. Hace que respondamos escapando o huyendo de dicha situación para protegernos.
* Aversión: cuando algo nos produce rechazo o disgusto, nos ayuda a evitarlo.
* Enfado: cuando algo nos frustra y queremos cambiarlo porque nos molesta de algún modo.
* Tristeza: cuando sentimos dolor y necesitamos procesarlo para superar pérdidas (afectivas, como rupturas de pareja o muertes de seres queridos; y laborales o materiales, como trabajo, casa o etapas de la vida).
* Sorpresa: cuando experimentamos un cambio. Nos prepara para adaptarnos adecuadamente al mismo.
* Alegría: cuando experimentamos placer y satisfacción. Nos orienta hacia nuestros objetivos y deseos. Tiene un papel muy importante en la motivación (energía hacia la conducta que perseguimos).
Cada uno de nosotros experimentamos las emociones de forma particular, en función de nuestro carácter, de nuestra historia de aprendizaje y de las circunstancias del momento. Pero no siempre gestionamos bien las emociones negativas. ¿Qué pasa entonces? Las emociones nos causan malestar y condicionan negativamente nuestro comportamiento. Se produce una espiral donde parece no haber solución porque no somos capaces de controlar nuestros sentimientos y acciones.
Así, las emociones
antes descritas nos dañan porque perduran demasiado en el tiempo o tienen una
intensidad exacerbada:
El manejo adecuado de
nuestras emociones es lo que se conoce como inteligencia emocional. Si aprendemos a conocerlas bien y entender
cómo funcionan podremos gestionarlas adecuadamente. A su vez, conocer y
empatizar con las emociones de los demás facilitará las relaciones
interpersonales y mejorará nuestra autoestima.
Para más información contacta con nosotros.
© Copyright 2023 Natalia Vivas - Más información