Trastorno evitativo.-
las personas con este problema
anticipan sufrimiento ante las experiencias que subjetivamente para ellos son consideradas como posiblemente dolorosas y tienden a evitarlas. Sienten miedo y desconfianza ante los demás, controlando sus deseos de afecto. Este mecanismo les sirve para autoprotegerse pero en realidad hace que no puedan optar a ninguna experiencia positiva porque consideran que es mejor alejarse para evitar un sufrimiento que arriesgarse a “vivir”.
Una personalidad sana permite afrontar correctamente las situaciones adversas que nos presanta la vida.
Trastorno depresivo.-
las
personas depresivas experimentan dolor constante, ya que el placer no se considera posible. Han perdido la esperanza, se ven derrotadas y desanimadas, manteniendo una actitud pesimista ante ellos mismos, ante la vida, y ante los demás.
Trastorno dependiente.-
los dependientes son
personas que tienen una actitud pasiva ante la vida, por lo que asumen un rol pasivo en las relaciones con los demás,
recurriendo a ellos para obtener protección y esperando que les den lo que necesiten. Buscan relaciones donde les proporcionen la seguridad que ellas no tienen, sometiéndose a los deseos de los demás para no perder su cariño.
Trastorno histriónico.-
los histriónicos
tienen una importante necesidad de afecto y la buscan de forma indiscriminada. Son socialmente hábiles y muestran una aparente confianza en sí mismos, aunque en realidad bajo esa apariencia se esconde una autoestima dañada y una inseguridad significativa.
Trastorno esquizoide.-
las
personas con este problema son apáticas y distantes con los demás, sus emociones son mínimas, incapaces de sentir placer o dolor.
Trastorno esquizotipico.-
en este caso, las
personas prefieren aislarse y relacionarse lo menos posible, se abstraen de los demás y presentan ciertas excentricidades en ocasiones (desde fuera les ven como “raros” o “diferentes”).
Trastorno narcisista.-
las
personas narcisistas se centran en sí mismas y muestran una actitud de superioridad ante los demás porque han aprendido a sobrevalorarse, sin que se hayan confirmado logros reales o aprobación social, pero ellos mismos creen que sí.
Trastorno Obsesivo.-
los
obsesivos actúan con excesiva prudencia y control emocional, siendo muy disciplinados mostrando una apariencia de pasividad y conformidad social. En su foro interno presentan una
lucha entre la hostilidad ante los demás y el miedo a su desaprobación, resolviendo este conflicto exigiéndose mucho a sí mismos y a los demás, y manteniendo la actitud conformista.
Trastorno Límite.-
Es muy frecuente que este trastorno sea la base de otros problemas de menor gravedad. Estas
personas sufren problemas de regulación afectiva (estado de ánimo lábil e inestable) y tienen dificultades para mantener su identidad, presentando sentimientos ambivalentes como la ira, el amor o la culpa, Les preocupa conseguir el cariño de los demás pero no lo cuidan para conseguirlo.
Trastorno Paranoide.-
las
personas con este problema muestran una actitud de desconfianza ante los demás, anticipando intenciones negativas en ellos cuando no las hay. Presentan irritabilidad, emociones lineales e inflexibilidad de pensamiento.